En un acto de profundo amor, el niño decidió dejar a su perrito Simón en un albergue para evitar que siguiera sufriendo por los golpes.
En las últimas horas, la historia de un perro llamado Simón se hizo viral en redes sociales, luego de que este fuera “abandonado” en un albergue; no obstante, no porque este no fuera querido, sino más bien por un verdadero acto de amor.
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Y es que fue en 2020, cuando un pequeño niño de tan solo siete años de edad acudió al Albergue Pergatuzo, ubicado en el municipio de Nicolás Romero, Estado de México, para solicitarles que por favor cuidarán de su perro Simón.
Este “favor” sería hasta que dejara de ser un niño y pudiera trabajar, para así poder mantener a su perro Simón, así como para poder defenderlo, pues este en su momento llegó a recibir maltrato por parte del padre del menor.
Niño da en adopción a su perrito para protegerlo del maltrato
La carta del pequeño dirigida al albergue en cuestión explicó que a veces el padre del menor le pegaba a Simón, además de que, debido a las condiciones en las que viven, hubo días en los que el perrito no contaba con comida alguna.
“Te dejo a Simón, es mi perro. No quiero que mi papá le pegue; llora mucho porque no hay comida. Te dejo mis ahorros para sus tortillas. No le peguen porque mi papá le pega mucho. Simón come mucho. No se lo lleven, cuando crezca, vengo por Simón”.
Más adelante, el pequeño envió otra carta en la que relató que no podía salir debido a que había COVID-19; no obstante, eso no le impidió que mandar tres pesos que había ahorrado para que Simón tuviera aunque sea tortillas.
“Hola Simón, no puedo verte por el COVID-19. Mi papá no me deja salir. Te mando tu comida y tres pesos. Mi papá no tiene trabajo. Pórtate bien, te extraño”.
Simón y su dueño se reencuentran
Al día de hoy, Simón ya no es un cachorro y sigue resguardado en el albergue, en donde el niño, que ahora tiene once años, asiste cada quince días para visitarlo y darle el mayor de los amores, es decir, le dedica tiempo, le brinda caricias y, de vez en cuando, le deja ahorros.
Aunque todo el cuidado corre a cuenta del Albergue Pergatuzo, el dinero que el niño deja es significativo, pues cada que va le regala a Simón de quince a veinte pesos para que siga comiendo tortillas y alguno que otro premio.
Un dato a tomar en cuenta es que en tiempo de pandemia, el albergue entendió la situación y se comunicó con el pequeño por videollamada, para que así pudiera ver a Simón.
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Portada: Distritt