Lucy Garza y Poncho de Nigris mantuvieron una relación sentimental complicada, pero el fruto de su amor dio como resultado a Ivanna.
Lucy Garza salió a la luz luego de que Poncho de Nigris la mencionara indirectamente.
Hace algunos días, un video se volvió viral en el que Poncho de Nigris compartía una anécdota sobre una ocasión en la que llevó a su hija mayor, Ivanna de Nigris, a comer.
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Durante ese encuentro, Ivanna lo confrontó por sentirse “abandonada”.
Este sentimiento se originó en sus primeros años cuando se mudó a Estados Unidos con su madre. Pero, ¿quién es la madre de Ivanna? Vamos a sumergirnos en su historia.
El relato de Ivanna de Nigris nos lleva a los capítulos iniciales de la vida de Poncho, donde se involucra a Lucy Garza.
Antes de sus compromisos con Marcela Mistral, que dieron lugar a la llegada de sus tres hijos: Ponchito, Isabella y Antonio, la historia de Poncho incluyó un capítulo significativo con Ivanna, su primogénita.
¿Quién es Lucy Garza, exesposa de Poncho de Nigris?
La pregunta persiste: ¿quién es la enigmática madre de Ivanna de Nigris?
La primera esposa de Poncho fue nada menos que Lucy Garza, una modelo y presentadora mexicana que coincidió con el hombre regiomontano en los dominios de su agencia de modelaje compartida.
Sin embargo, su travesía matrimonial finalmente navegó las aguas tumultuosas de la separación con Lucy Garza.
A pesar de esto, vale la pena señalar que Poncho ha hablado constantemente con cariño de Lucy Garza, resaltando su ejemplar maternidad.
Este sentimiento persiste incluso en medio de los tumultuosos rumores que la vincularon con un desafortunado episodio relacionado con Gloria Trevi.
La enigmática etapa de la vida de Ivanna, definida por un período de desconexión de su padre, despierta la curiosidad.
Las especulaciones apuntan a conflictos económicos como un factor contribuyente a este distanciamiento, sumado a las adversidades provocadas por la pandemia global, el COVID-19.
Mientras tanto, Marcela Mistral, la posterior pareja de Poncho, se erige como testigo de la convivencia armoniosa entre ella e Ivanna.
Esta armonía quedó patente cuando, al término del reality show La Casa de los Famosos, tanto madre como hija se unieron para darle la bienvenida a Poncho de nuevo al círculo familiar.
En una conversación íntima con Óscar Burgos, el influyente narró un momento emotivo en el que presenció las lágrimas de su hija y su sincero reproche por su ausencia de Lucy Garza.
“Pocos momentos de unión han sido posibles”, relató Poncho, “pero una ocasión resalta. La llevé a comer y ella liberó sus emociones. Expresó su dolor por las prolongadas ausencias, criticando mi rol como padre. Notó que parecía estar más unido a mis otros hijos, Isabella y Ponchito, y sintió el vacío dejado por su padre”.
Las mejores fotografías de Lucy Garza
Poncho aprovechó esta oportunidad para esclarecer la situación, revelando que no había abandonado intencionalmente a Lucy Garza.
Su madre había optado por llevar a Ivanna a Estados Unidos, a pesar de la separación geográfica que esto generó entre padre e hija.
La distancia iba más allá de las millas; representaba el abismo entre sus vidas en Nuevo León.
“Le aseguré que mi corazón siempre anheló estar a su lado. Sin embargo, las circunstancias de la vida nos condujeron por caminos divergentes. La decisión de su madre de mudarse jugó un papel crucial. Conversamos más, reconociendo las dificultades que podría enfrentar al crecer sin la constante presencia de su padre. Soy consciente de que puede haber cicatrices por esta ausencia, pero me comprometo a enmendar nuestra relación”.
Los recuerdos de aquellos momentos en los que se comunicaba con ella y recibía reproches revivieron en la mente de Poncho.
Comenzó a percibir manipulación en sus acciones, posiblemente impulsadas por la turbulencia de la adolescencia. Buscando una solución, tomó una decisión.
“A medida que marcaba su número y en cada ocasión era recibido con reproches, me di cuenta de que se había convertido en un patrón recurrente. Pensé, quizás es una fase de la adolescencia, marcada por fluctuaciones dramáticas en las emociones. Así que, durante nuestra tercera conversación de este tipo, le dije que ya no la contactaría más. Entendía sus sentimientos, y no había necesidad de repetirlo. Percibí un elemento de manipulación en su comportamiento, y también quería que mis otros hijos fueran tratados de manera equitativa. Si bien mi amor por Ivanna no conoce límites, la practicidad dictaba que mi vida estaba arraigada en Nuevo León”.
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