El narcotraficante Rafael Caro Quintero pasó sus últimos días de libertad en una pequeña comunidad que colinda con los límites de Chihuahua.
El viernes 15 de julio, el narcotraficante Rafael Caro Quintero fue capturado en unos terrenos de cultivo sin violencia. Se sabe que no estaba solo, pues dos de sus escoltas lo acompañaban, pero no pudieron hacer nada para defenderlo.
Al localizarlo, los marinos los sometieron y desarmaron. Luego se llevaron a la vivienda número 6 del poblado de San Simón, en el municipio de Choix. En esa casa habitó durante sus últimos días de libertad.
Se trata de una pequeña localidad serrana que colinda con los límites del estado de Chihuahua. Ese poblado está únicamente conformado por seis casas. Te decimos cómo era la casa del ‘narco de narcos’.
¿Cómo es la casa donde se escondía Caro Quintero?
Contrario a lo que muchas personas se pudieran imaginar, Rafael Caro Quintero vivía en una modesta casa de tres piezas. Contaba con una habitación principal en la que había cama King Size, dos almohadones, un taburete, dos buros.
Además, tenía una cajonera con espejo de media luna. En esa habitación dormía el narcotraficante de 69 años. Luego de la captura del capo se difundieron fotografías de su casa.
Las imágenes muestran una vivienda de un piso y con techo de lámina, la cual está pintada de rosa. La edificación no tenía acabados que demostraran su gran poder adquisitivo como las propiedades de otros criminales de alto perfil.
Otra de las fotos muestra una cocina en la que hay un comedor de madera con varias sillas. También se puede apreciar un refrigerador sencillo y pocos utensilios de cocina.
Las puertas de la vivienda son de metal, y el interior de la casa cuenta con baldosa. De acuerdo con las autoridades, el narcotraficante fue hallado en su casa, pero intentó escapar cuando escuchó a los helicópteros.
Elemento de la Marina revela cómo fue la captura del Narco de narcos
La mañana del viernes 15 de julio, Caro Quintero se encontraba en su casa. En eso escuchó los helicópteros de la Marina, por lo que intentó refugiarse. Lo primero que hizo fue ocultarse en un huerto de aguacates, acompañado de los dos pistoleros que lo cuidaban.
A pesar de que se escabulló entre la maleza, los marinos dieron con ellos. De acuerdo con testimonios de residentes y civiles armados, el capo no opuso resistencia y sus guardaespaldas tampoco.
Se dice que el narcotraficante ya no pudo escapar, debido a que tenía dolencias en las rodillas. Los marinos nunca hablaron con los residentes, a excepción de un rarámuri, a quien le destrozaron la casa con las ráfagas de viento provocados por las aspas de los helicópteros.
Luego de detener al capo y desarmar a sus escoltas, se llevaron a Caro Quintero de regreso a su casa, ahí revisaron todo. Luego se llevaron al capo en uno de los helicópteros lejos de la sierra, donde vivió huyendo durante años.
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Con información de Sin Embargo, Ríodoce e Infobae