El bebé que murió durante su bautizo en Rumania fue sumergido tres veces en agua bendita antes de sufrir un paro cardiaco.
Un bebé de solo 6 semanas de edad falleció durante su bautizo. En la autopsia, los médicos encontraron agua en los pulmones del infante.
El hecho ocurrió en una iglesia de Suceava, al noreste de Rumania, el pasado lunes.
De acuerdo con medios internacionales, la tragedia tuvo lugar en un bautizo de la Iglesia ortodoxa.
Según la información, el bebé estuvo muy inquieto y lloró mucho durante el ritual. Además, sufrió un paro cardiaco tras haber sido sumergido en tres ocasiones en el agua bendita.
Debido al suceso, los padres de la criatura la trasladaron de inmediato al hospital. Aunque recibió atención médica, fue declarado muerto horas después de su arribo.
Abren investigación contra sacerdote por homicidio
La autopsia reveló que el menor tenía agua en sus pulmones. Por ello, las autoridades abrieron una investigación por homicidio en contra del sacerdote.
En Rumania, el suceso causó indignación y críticas contra la Iglesia ortodoxa. Incluso, se lanzó una petición en línea para modificar la ceremonia del bautizo. En ella se describió:
“La muerte de un recién nacido a causa de esta práctica es una gran tragedia. Este riesgo hay que descartarlo para que triunfe la alegría del bautismo”
Se ha pedido que en el ritual los sacerdotes solo mojen con agua bendita la frente de los bebés. De esta forma se hace en la Iglesia católica.
Vasile Banescu, portavoz de la Iglesia ortodoxa, coincidió con la petición. Además, dijo que sería una estrategia válida para evitar tragedias similares en el futuro.
Sin embargo, el ala radical, encabezada por el arzobispo Teodosia, aseguró que el bautizo no se cambiará. Incluso, lanzó una clara advertencia para los detractores:
“No nos dejaremos intimidar”
¿Cómo es un bautizo ortodoxo?
En la Iglesia ortodoxa, el bautizo se puede realizar en bebés mayores de ocho días.
El ritual consiste en sumergir por completo sus pequeños cuerpos tres veces en una pila de agua bendita.
Cada una de las inmersiones se hacen en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Este ritual simboliza la muerte y el renacimiento de Cristo.
Aunque no está prohibido el bautizo por derramamiento o aspersión de agua, solo se permite como ‘rara excepción’.
Por ello, los sacerdotes deben tapar la boca y nariz del infante durante las inmersiones.
Además, deben tener mucho cuidado al realizar el bautizo para evitar que el menor se ahogue.
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Con información de Proceso, Crónica Global y Russia Beyond ES
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