La mujer creyó que su penoso incidente había pasado desapercibido, pero las cámaras de seguridad del gimnasio lograron captarlo todo.
A través de redes sociales se volvió viral el video de una mujer que perdió los pantalones en una caminadora. Al parecer, nadie le advirtió sobre cómo hacer los ajustes adecuados para prevenir este tipo de situaciones y el vergonzoso momento quedó inmortalizado en internet.
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Para muchas personas, comenzar a ir al gimnasio es una tarea complicada. Esto es totalmente entendible, pues al ser principiantes existen máquinas o rutinas que pueden representar un desafío para más de uno.
Hay miles de cosas que podrían salir mal, y quizá incluso algunos miembros más avanzados puedan reírse de ti. Sin embargo, es poco probable que alguien pase un día en el gimnasio peor que el de esta mujer.
https://twitter.com/anonymous_dsc/status/1670137004862980097
Aunque se encontraba sola, las cámaras de seguridad del gimnasio lograron captarlo todo, y en poco tiempo todo mundo vio su incómodo incidente.
En el video, la mujer aparece ejercitándose en una caminadora. Todo marcha bien cuando de pronto la mujer tropieza. Aunque logró sostenerse de la máquina, eso no la salvaría, pues sus piernas chocaron con la banda, lo que provocó que perdiera su pantalón.
Mujer que perdió los pantalones en caminadora se viraliza
La chica que aparece en el video es Alyssa Konkel, una joven de 26 años originaria de Illinois, Estados Unidos. A pesar de la vergüenza que experimentó en el momento y tras la viralización del video, decidió ofrecerle una entrevista a The Daily Mail.
Alyssa confesó que sintió mucha vergüenza de que le hubiera sucedido algo así.
“Me sentí tan avergonzada. Tuve que irme inmediatamente. ¡Estaba corriendo en el gimnasio y se me resbalaron los pantalones!”
De acuerdo con sus declaraciones, el incidente ocurrió a raíz de que una de las agujetas de sus zapatos estaba suelta, lo que la hizo tropezar. También relató que no había casi nadie en el gimnasio, pero una mujer que lo presenció todo la ayudó a incorporarse.
“Afortunadamente, el gimnasio no estaba demasiado ocupado, una señora vino corriendo a mí y me preguntó si estaba bien”
A causa del incidente la joven se lastimó el labio, se le inflamó el rostro y, como se dice coloquialmente, terminó con las rodillas raspadas.
No es la primera vez que Alyssa enfrenta una situación así, pues cuando era niña le ocurrió algo similar y desarrolló algo de miedo hacia las caminadoras.
“Esto también sucedió cuando tenía diez años y me raspé la barbilla, así que ahora tengo mucho miedo de las cintas de correr”
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