El feminicida de Atizapán llevaba a sus víctimas desde El Barrigón a su casa, a casi 10 kilómetros de distancia, para no dejar rastro.
El feminicida de Atizapán habría encontrado a sus víctimas en El Barrigón, un bar ubicado en el centro de Tlalnepantla.
Los abogados de Andrés Mendoza le aconsejaron no declarar. Sin embargo, el multihomicida decidió relatar sus crímenes.
De acuerdo con varios medios, el feminicida de Atizapán lloró cuando le dijeron que pasaría el resto de su vida en prisión. Sin embargo, cuando dijo cómo asesinó y destazó a sus víctimas no demostró emoción alguna.
Fue así cómo habló de su primer crimen. Se trató de Norma N, desaparecida el 6 de agosto de 2011 en Tlalnepantla, Edomex.
Según consta en su ficha de búsqueda, la mujer trabajaba en un bar denominado El Barrigón cuando fue vista por última vez.
El Barrigón, el bar que frecuentaba el feminicida de Atizapán
Norma N fue solo la primera de muchas víctimas que el feminicida de Atizapán conoció en El Barrigón.
Con más de 30 años, el bar comenzó a operar como cantina y su clientela estaba conformada por hombres.
Más tarde, El Barrigón se convirtió en uno de los establecimientos más conocidos de la zona. Gracias a su popularidad, era una excelente fuente de empleo.
Posteriormente, comenzaron a trabajar mujeres en el lugar para amenizar el ambiente y hacer más placentera la estancia de los clientes.
El Barrigón no tiene una buena fama, pero quienes acuden a él asiduamente aseguran que es tranquilo y seguro. Los clientes no buscan problemas solo buscan pasar un buen momento. Es decir, toman, bailan y conviven con las ‘damas de compañía’.
Andrés Mendoza era uno de los clientes más antiguos del establecimiento. De hecho, convencía a algunas mujeres para que salieran del bar con él. Esto era algo habitual entre quienes acudían al lugar.
Aunque la seguridad en El Barrigón está garantizada para sus trabajadoras, fuera de sus instalaciones no podían protegerlas.
Modus operandi del feminicida de Atizapán
El feminicida de Atizapán confesó que en El Barrigón conoció a otras dos de sus víctimas: Flor Ninive y Rubicela N. Los crímenes habrían ocurrido entre 2016 y 2019.
Aunque se dijo que ahí trabajaban las mujeres, el dueño y los empleados desmintieron la información.
No obstante, señalaron que Floricel sí acudió al lugar, donde dejó abandonada su motocicleta. Tras su desaparición, la familia de la joven acudió al bar para seguirle el rastro. Al menos así lo recordó Hugo Martínez, propietario de El Barrigón.
Se especula que el feminicida de Atizapán contactó a Flor Ninive y Rubicela en distintos momentos. A ambas las habría citado cerca del establecimiento para evitar dejar algún rastro.
Posteriormente, las habría llevado a su domicilio, 9.2 kilómetros lejos de El Barrigón, a la colonia Lomas de San Miguel. En ese lugar las asesinaba.
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Con información de Infobae, MX Político, Reporte Índigo y Julio Astillero
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