Claudia Mijangos pasó de ser una devota católica y una madre dedicada a ser conocida como La Hiena de Querétaro por haber asesinado a sus 3 hijos.
El estremecedor crimen de Claudia Mijangos hizo que la prensa sensacionalista la apodara como La Hiena de Querétaro.
A finales de la década de los 80, la mujer cambió el rumbo de su vida tras asesinar a sus tres pequeños hijos.
En ese momento, nadie dio crédito a los hechos, pues Claudia había sido una católica devota y una madre amorosa.
La historia del crimen se ha convertido en una de terror que perdura hasta nuestros días. El que fuera el hogar de La Hiena de Querétaro se ha convertido en un punto de encuentro de investigadores de lo paranormal.
Varios personajes de este medio aseguran que los espíritus de los niños asesinados continúan en la casa abandonada.
Nadie pudo haber imaginado que este sería el trágico final de una familia como cualquier otra en nuestro país. A continuación, te compartimos la historia de Claudia Mijangos.
¿Quién es La Hiena de Querétaro?
Claudia Mijangos nació el 25 de mayo de 1956 en Mazatlán, Sinaloa, en el seno de una familia próspera.
En su juventud, la sinaloense ganó un concurso de belleza gracias a su porte elegante y sus facciones delicadas.
Claudia contrajo matrimonio con Alfredo Castaños, con quien se mudó a Querétaro. En ese estado tuvieron a sus tres hijos: Alfredo Antonio, Claudia María y Ana Belén.
La sinaloense montó una boutique en el centro de la ciudad con la herencia que recibió de sus padres.
Además, como fiel devota católica, inscribió a sus hijos en el Colegio Fray Luis de León. Hasta la fecha, en esa institución imparten clases miembros de la orden de los Agustinos Recoletos.
Claudia Mijangos se ofreció a dar la asignatura de ética y catecismo en dicha escuela. Fue así como conoció al padre Ramón, quien destacaba por sus ojos azules y 1.90 metros de estatura.
Claudia Mijangos y su romance con el padre Ramón
Claudia comenzó a pasar más tiempo en la escuela y pronto comenzó un romance con el cura Ramón.
El escándalo de la relación llegó hasta el padre Rigoberto, director de la escuela. Por ello, cuando Mijangos y su esposo comenzaron a hablar de divorcio, le recomendó a Alfredo quedarse con la custodia de sus hijos.
Asimismo, el cura habló con el padre Ramón sobre el asunto. Este ya no quiso continuar con el romance por el cargo de conciencia que tenía por haber traicionado sus votos. Fue entonces cuando decidió terminar la relación.
Claudia Mijangos no aceptó la ruptura y comenzó a asediar a quien fuera su amante. Así lo reconoció años más tarde el padre Rigoberto.
En ese momento, la sinaloense dijo que escuchaba voces. Eran ángeles que le decían que el padre Ramón y ella debían estar juntos.
El padre Rigoberto dijo en una entrevista:
“Ella nunca perdió la esperanza de estar con el padre Ramón”.
El colapso mental de Claudia Mijangos
Claudia Mijangos inició los trámites de divorcio y se separó de Alfredo. Aunque ya no vivían juntos, todavía convivían por sus hijos.
La pareja tomó consejería matrimonial para recuperar su relación, pero fue inútil. Además, el estado mental de la sinaloense comenzó a deteriorarse.
Las peleas entre Claudia y Alfredo se hicieron más recurrentes. La última ocurrió el 23 de abril de 1989.
Ese día, la pareja peleó por el romance con el padre Ramón. La sinaloense no negó el hecho y se rehusó a reconciliarse con su esposo, pese a la insistencia de este.
La discusión alteró por completo a Claudia, quien casi a la media noche llamó a su amiga Verónica por teléfono. Le dijo que ángeles y demonios que le habían advertido que Mazatlán ‘se había caído’. Además, ‘todo Querétaro era un espíritu’.
Aunque la mujer intentó tranquilizarla, fue inútil. La sinaloense escuchó voces que le ordenaron atacar a sus hijos. Así lo relató ella misma a la fiscalía de Querétaro.
El crimen de La Hiena de Querétaro
Verónica fue la primera en llegar al domicilio de Claudia Mijangos, en la colonia Jardines de la Hacienda.
Eran alrededor de las 08:00 horas cuando la mujer encontró en las paredes huellas de manos marcadas con sangre.
Según varios medios, Verónica vio el cuerpo de Alfredito, de 6 años, en las escaleras. El pequeño yacía muerto en un charco de sangre.
La mujer llamó a Alfredo Castaños y a las autoridades. Los agentes descubrieron los cuerpos de Claudia, de 11 años, y María Belén, de 9. Ambas tenían múltiples puñaladas.
Claudia Mijangos fue localizada junto al cadáver de María Belén. Trascendió que dormía a su lado con un cuchillo en la mano.
La mujer fue trasladada a un hospital, pues se encontraba en estado de shock y tenía heridas autoinfligidas. Mientras tanto, Alfredo fue detenido por ser el principal sospechoso del crimen.
Las autoridades pronto descubrieron que Claudia perpetró el homicidio de sus hijos. Fue así como la prensa la llamó La Hiena de Querétaro.
Durante las investigaciones, el estado mental de la madre quedó en evidencia. A veces, ella decía que no se acordaba de nada y de pronto hablaba de sus hijos como si estuvieran vivos. En algún momento se mostró desesperada porque tenía que ir por ellos a la escuela.
Trascendió que, después de varios interrogatorios, la mujer culpó del crimen a voces que escuchaba en su cabeza.
¿Qué pasó con La Hiena de Querétaro?
Al inicio del caso, Claudia Mijangos fue recluida en el Centro de Readaptación Social de San José el Alto.
Sin embargo, durante el proceso la diagnosticaran con depresión, esquizofrenia y epilepsia en uno de los lóbulos temporales del cerebro. Este se encarga de controlar las emociones.
Se determinó que la madre no estaba en sus cabales al momento del crimen. Por ello, se le declaró inimputable. En lugar de una sentencia, recibió una medida de seguridad por 30 años de prisión.
La Hiena de Querétaro fue trasladada al área de psiquiatría del penal de Tepepan, en la CDMX.
En abril de 2019, a sus 63 años de edad, Claudia Mijangos fue liberada. Sin embargo, debido a su estado mental, quedó sometida a supervisiones de medicación, revisión y vigilancia.
Inicialmente se dijo que ningún familiar había querido hacerse responsable de la sinaloense. Sin embargo, se sabe que dos personas acudieron por ella al penal el día de su liberación. Una de ellas fue identificada como sobrina de La Hiena de Querétaro.
Trascendió que, días después de abandonar el penal, Claudia Mijangos fue ingresada a un hospital psiquiátrico. Desde entonces, no se ha vuelto a saber de ella.
Esto es contrario a lo que sucedió con su esposo, Alfredo, quien en agosto de 2020 acaparó los titulares por conducta violenta con sus familiares, vecinos y escándalo en la vía pública.
En ese momento se informó que Castaños había ingresado a la cárcel municipal de Culiacán en varias ocasiones. También se dijo que tiene órdenes de restricción por parte de sus parientes más cercanos.
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