La Universidad de Oxford inició las pruebas clínicas para comprobar la eficacia de su vacuna contra COVID-19 en niños de 6 a 17 años.
Por primera vez, la vacuna contra COVID-19 de Oxford y AstraZeneca se administrará a menores para evaluarla.
De esta forma, se colocaría como el último fabricante que estudia si su producto es efectivo entre los más pequeños.
Para dichas pruebas, se reclutarán 300 voluntarios de entre 6 y 17 años, de los cuales 240 recibirán la vacuna.
Los demás participantes tendrán una vacuna de control contra la meningitis.
Aunque la mayoría de los niños contagiados no desarrolla cuadros graves, es necesario protegerlos.
Al respecto, Andrew Pollard, investigador jefe del ensayo de Oxford, aseguró:
“Es importante establecer la seguridad y la respuesta inmune de la vacuna en niños y jóvenes”.
En más de 50 países se ha autorizado el uso generalizado de la vacuna de Oxford en mayores de 18 años.
Sin embargo, otras farmacéuticas ya han sido aprobadas para estudios en menores.
Las pruebas de Oxford podrían ayudar a decidir si en algún momento se amplían los programas de vacunación a menores. Esto para garantizar que las escuelas sean zonas libres del virus y combatir su propagación al resto de la población.
¿Los niños pueden recibir vacuna contra el COVID?
La vacuna de Pfizer ha sido autorizada para personas mayores de 16 años. El antígeno de Moderna, en cambio, solo se puede aplicar a personas de 18 años en adelante.
Estos rangos de edad para aplicar la vacuna contra COVID radican en que los menores se ven menos afectados. La Facme señala que menos del 10 por ciento de los casos en el mundo son de menores de edad.
Por lo tanto, niños y adolescentes no son grupos prioritarios ante la pandemia. Sin embargo, en caso de que existan enfermedades neurológicas, lo mejor es ir con un médico que valore si el menor debe vacunarse.
Debido a lo antes mencionado, en el Plan Nacional de Vacunación, el tratamiento de Pfizer no se aplicará a embarazadas ni menores.
Al respecto, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, recalcó que ‘se debe analizar un esquema de priorización’.
Esto, tomando en cuenta ‘investigaciones y pruebas realizadas en otros países, como Estados Unidos, Canadá o regiones europeas’.
“En todo el mundo, las actualizaciones sanitarias de uso y los registros sanitarios dependen de que exista evidencia de que puedan ser usados”.
Con información de Excélsior, Infobae, Milenio y Noticieros Televisa
Portada: Archivo Cuartoscuro
Fotos interiores: Archivo Cuartoscuro