El fin del mundo es un fenómeno que parece fascinante para muchos, pero para otras personas representa un temor inmensurable.
El posible fin del mundo es un tema fascinante y desconcertante que ha capturado la atención de científicos de las universidades más prestigiosas y de una gran franja de la población en general.
A medida que exploramos más a fondo este tema, nos encontramos con nuevas perspectivas y teorías que ofrecen un panorama diferente sobre el destino último de nuestro cosmos.
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Hace casi un siglo, en 1929, el astrónomo Edwin Hubble hizo un descubrimiento que revolucionó nuestra comprensión del Universo: demostró que está en constante expansión.
Este hallazgo sentó las bases de la teoría del Big Bang, la cual postula que el Universo tuvo un origen explosivo y se ha estado expandiendo desde entonces.
¿Cuándo sería el fin del mundo?
Sin embargo, los científicos han observado que esta expansión no solo continúa, sino que también se está acelerando. Esto ha llevado a algunos investigadores a plantear la posibilidad de un futuro momento de contracción, conocido como el Big Crunch o Teoría del Gran Colapso.
Recientemente, un estudio realizado por tres científicos de la Universidad de Princeton ha agregado una nueva perspectiva a esta teoría. Según sus investigaciones, la expansión del Universo podría llegar a su fin de manera sorprendentemente temprana.
Aunque el concepto de “temprano” es relativo cuando se trata de los tiempos cósmicos, ya que se refieren a un lapso de aproximadamente 65 millones de años, que, aunque parezca sorprendente, es considerado extremadamente breve en comparación con la edad total del Universo.
¿Qué sucedería en este gran colapso?
Este nuevo escenario se alinea con las teorías más recientes de la cosmología cíclica y las conjeturas sobre la gravedad cuántica.
Según los investigadores, después de casi 14 mil millones de años de expansión, el espacio podría comenzar a contraerse, marcando así su final.
En esta teoría, surge un concepto intrigante conocido como “energía oscura”, una entidad invisible que parece desafiar la gravedad al empujar los objetos más masivos del Universo aún más lejos en lugar de atraerlos.
Se cree que esta energía oscura desempeña un papel crucial en la contracción del Universo y podría ser el factor desencadenante de su fin.
Otras teorías sobre el fin del mundo
Aunque existen teorías que sugieren que el proceso de contracción podría ser suave y gradual, también hay quienes sostienen que será una explosión dramática, similar a fuegos artificiales cósmicos.
El físico Matt Caplan, de la Universidad de Illinois, propone que este apagón cósmico ocurriría de manera espectacular debido a la presencia de enanas negras, los remanentes estelares.
Según esta visión, las estrellas dejarían de formarse, las galaxias se volverían oscuras e incluso los agujeros negros se evaporarían, dejando solo energía y partículas subatómicas en un escenario que se vislumbra oscuro, frío y desolador.
Caplan ha calculado que estas reacciones se prolongarían durante un período prolongado de tiempo y eventualmente desencadenarían una fuerte inestabilidad que conduciría a un colapso y una explosión colosal similar a las supernovas.
Es importante tener en cuenta que, si bien estas teorías son fascinantes y se basan en evidencia científica, todavía hay mucho que no comprendemos completamente sobre el Universo y su eventual destino.
La exploración y el estudio continuo de este tema nos permitirán obtener una comprensión más clara y precisa de nuestro lugar en el vasto cosmos.
En última instancia, sea cual sea el destino final del Universo, es probable que ocurra en un futuro distante y en circunstancias que escapan a nuestra imaginación actual.
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